The Wire es una famosa serie policiaca de televisión producida en episodios, basada en el contenido de la novela policíaca del mismo nombre escrita por el periodista y escritor estadounidense David Simon, quien recrea su historia policíaco-delictiva en Baltimore, Maryland, Estados Unidos.
Ante el estrepitoso FRACASO de la –desde su inicio catalogada por quien esto escribe, de aberrante– “guerra contra el narcotráfico” que desarrolla –así lo percibo– Estados Unidos con la aquiescencia de Felipe Calderón, en México, en relación a ella, la prestigiada revista mexicana NEXOS publicó un reflexivo artículo bajo el interesante título: “… ¿Podemos aprender algo de The Wire para la “guerra contra el narcotráfico”?...”; artículo que puedes, si así lo deseas, consultar íntegramente en el link siguiente. http://redaccion.nexos.com.mx/?p=1936&cpage=1#comment-3971
En relación a él, externamos en el espacio que NEXOS generosamente nos brinda, lo siguiente:
Con el enfado que radica en el conocimiento de nosotros los miles de abogados penalistas federales mexicanos –que pareciera en ello está la esencia del desaguisado, el ser mexicanos– y solo por tratarse de ésa respetable y prestigosa revista “NEXOS”, externaré una opinión que de antemano disculpo la posible ofensa que su desnudez pudiera contener.
La explicación que le hace Colvin a su sargento Carver –por cierto, certera– en el trozo de la escena contenida en el video que amablemente se nos convida en la nota, para quienes profesionalmente día a día palpamos en México el pulso de la actividad del narcotráfico en los corrillos policiacos y judiciales de nuestro país, no contiene NADA de novedad ni de excepcional.
Son rancias verdades que hemos expuesto una y otra vez a políticos y gobernantes mexicanos…pero quizá por ésa extraña fascinación que se padece por lo ajeno, siempre se ha ignorado, y si me apresuran diría…que hasta despreciado y descalificado llamándonos incluso por tales explicaciones, “narco abogados”. ¡PÓBRES!
Los mexicanos para resolver los REALES problemas, al menos de ése campo, me consta, no requiere de hurgar en los respetables caseríos de las ciudades de enfrente; aquí, en el propio espacio que nos pertenece existe ése conocimiento…MUCHO MÁS, y de mayor certeza.
El inicio de LA SOLUCIÓN en nuestro país de ése ENORME ilícito mercado económico trasnacional ilegal de las drogas, llamado coloquialmente narcotráfico, llegará, no cuando en tal o cual otra parte nos “orienten” o nos “ayuden”, sino el día que contemos en nuestra gran nación con una clase política y gobernante que tenga en alto su autoestima…y valore y consulte la inteligencia colectiva social profesional de los mexicanos.
Lic. Pedro García Palazuelos.
Este es el VIDEO, y debajo, su transcripción al español para quienes no hablen el inglés:
“….Es un buen hombre, Sargento. Tiene buen instinto y por lo que he visto es un buen supervisor. Pero desde mi posición, como policía, no da para mucho. No es nada personal. No sólo usted, todos los policías jóvenes, toda su generación. Piénselo. Hace más de un año que está aquí, Carver. No tiene ni un solo amigo, ni un solo informante. ¿No es así? Eso es un problema.
“Creí que yo, jamás entendería, ni sabía qué hacer, pero luego de que le dispararon a Dozerman por una estupidez, llegué a mi límite. Y se me ocurrió lo de la “zona libre”, lo de Hamsterdam, porque este problema de la droga no es trabajo de la policía. No. Digo, puedo enviar a cualquier tonto con una placa y un arma a una esquina, para arrestar a una banda y recoger paquetes de drogas. Pero ¿y la función policial, la del vigilante?
“Si uno dice que hay una guerra, muy pronto todos empiezan a actuar como guerreros. Piensan que están en una cruzada, y se imponen a fuerza de esposar gente y contar muertos. Pero en una guerra, se necesita un maldito enemigo. Y pronto, casi todo el mundo en cada esquina es el maldito enemigo. Y después el barrio que uno debe vigilar, se convierte en territorio ocupado. ¿Me sigue? Mire, lo que quiero decirle es esto, Carver. Ser soldado y ser policía no es lo mismo. Antes de errar el camino, y dedicarnos a estos juegos de guerra, el policía hacia sus rondas y aprendía a cuidar el barrio. Si había problemas en su puesto, una violación, un robo, un tiroteo, la gente lo ayudaba, le daba información.
Pero cuando le pido a usted, el sargento de mi Unidad Antidrogas, información sobre lo que pasa ahí en la calle, sólo escucho tonterías. Tiene, estadísticas, arrestos, incautaciones. Pero todo eso no sirve de un carajo a la hora de saber proteger un barrio, ¿o sí? Lo peor de esta llamada guerra de drogas, en mi opinión, es que arruinó este trabajo…”
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